Cada día, en un latido en un viaje perpetuo donde el tiempo y el espacio son eternos, cada segundo la tierra ocupa un lugar distinto y desconocido, en un universo inconmensurable que sigue expandiéndose y donde este planeta maltratado es solo insignificante polvo galáctico.
Cada día se renueva el milagro de la vida, que el hombre vanidoso, engreído, soberbio, egoísta, intoxicado por el virus consumista, se empeña en aniquilar y millones de células, a pesar de su torpeza, se multiplican en nuestro inmenso universo corporal.
Cada día las personas que se elevan sobre el mundo chabacano y enriquecen sus neuronas, afinando sus sentidos, admirando el color, los olores, los sonidos, percibiendo en la yema de los dedos el mensaje... se renuevan, se refrescan, purifican sus sentidos, se mantienen siempre jóvenes a pesar de que resurjan las arrugas, como ondas delicadas en el agua de un estanque.
¡Felicidades por renacer este día totalmente renovada, fresca y clara, por caminar sobre el lodo sin mancharte, por escuchar el lenguaje de la vida, por procesar en ese otro universo de neuronas el mensaje, que ya solo es el recuerdo en el camino del tiempo que no se para un instante!
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