Tenemos que estar contentos, tenemos que ser
felices, vivimos en democracia, aun pensando que es de chiste.
Que
importa lo que me cuenten vestidos de hombres de leyes, de políticos honrados,
de honorables financieros. ¿Que me dicen mis sentidos, mis vivencias y
amarguras, mi indignación infinita, mi frustración, mi tortura?
La realidad es que vivo en un país de mangantes,
que se han montado un sistema para vivir a lo grande repartiendo el sacrificio
de los pobres ciudadanos entre banqueros corruptos y compinches desgraciados,
imponiendo por la fuerza su doctrina de malvados que despoja a las personas de
los derechos humanos.
Los obreros son mendigos, los mendigos son
esclavos, los emigrantes basura sin derecho a ser cuidados por las personas
decentes que reparten como hermanos el poco pan que les queda y que currando han
ganado.
Dependientes sin ayudas, enfermos manipulados
como carne de comercio mirando los beneficios, sin derecho a la consulta en los
pueblos alejados si se enferman por la noche; más que enfermos son ganado.
Los niños
sin comedores, sin transportes escolares se quedan sin profesores.
Suben los medicamentos, los impuestos se
disparan, la corriente es todo un lujo, la gasolina un pecado, le retiran las
ayudas si es que viven con los padres a los que han perdido todo y se ha quedado
en la calle sin trabajo ni ilusiones.
Mientras miles de chorizos, mil rateros
insaciables en nuestras cajas de ahorros se llevaron los caudales sin control y
sin vergüenza, son chorizos despreciables con derecho de pernada.
A los pobres pensionistas les retienen sus
ahorros del trabajo de una vida los que se llevan el oro y nos dejan solo
ruina
Desde puestos importantes de las administraciones
se contrataron mangantes y se le dieron millones por presupuestos inflados para
hacer los panteones de auténticos faraones, ciudades de la cultura, redes sin
tino del ave, autopistas sin sentido, aeropuertos sin aviones para llenar los
bolsillos de grandísimos bribones, estatuas horripilantes que se caen con el
viento y que sufren en silencio por nacer siendo adefesios.
Mientras tanto obras de arte, maravillas del
pasado que reciben los elogios de miles de visitantes se degradan poco a poco
por culpa de irresponsables que desvían los recursos para forrar a mangantes; La
Alhambra que hay en Granada, en Córdoba la Mezquita demuestran nuestra
ignorancia.
Y que podemos decir de los sueldos, las
prebendas, gastos, primas, sobres, precios de los comedores, coches, despachos,
caprichos, viajes, enchufes de familiares, retiros colocaciones en chollos
privatizados en empresas de energía y de telecomunicaciones.
Para colmar tanta mierda amparada y entrampada se
destapan unas cuentas inauditas que seguro son el pago de tantísimas patrañas,
de mordidas repugnantes que han arruinado España, son millones en Suiza saneados
con las leyes que el Gobierno facilita a los que pagan favores con dinero que
genera tanta infamia.
Se destapan comisiones, son donaciones manchadas,
cantidades calculadas con el máximo que marca esa la ley que los ampara, un euro
más es delito, una macabra jugada
Los grandes defraudadores con leyes que los
amparan sin multas, con privilegios que les laven bien la cara legalizan la
rapiña y aquí no ha pasado nada.
Partidos con tesoreros que se forraron sin faltas
por errores judiciales una jugada de Jauja y montaron sus negocios financiados
por España
Mangantes y sinvergüenzas que indultó la
democracia y se dedican al arte de forrarse con estafas y vivir de la miseria
generada en nuestra patria
Y Nuestra Casa Real ¿no tendría que acercarse a
los que sufren el paro, a los que son desahuciados a los que pagan con sangre
tanta corrupción malvada? No hay
palabras que describan el dolor de muchas madres arrojadas con sus hijos y sus
viejos a la calle. ¡Acérquense más al pueblo que llora por tanta infamia!
acérquense que no manchan no se oculten Majestades de los que son arrojados sin
derechos a la calle
¿Y el
Conde? ¿Cómo lo veis? ¿Qué puede ser más amargo para un padre sin trabajo, sin
ayudas ni ilusiones que contemplar tanta infamia, tanta avaricia sin nombre en
este país sangrante que se ha convertido España? Sin percibir la justicia que
castigue tanta mafia
Tenemos que estar contentos, vivimos en
democracia, en una tierra compacta de regiones integradas que comulgan con las
ruedas de molinos ¡Viva España!
Si ese país se fracciona, si Cataluña se aparta
¿no será por la impotencia la indignación y la rabia?