jueves, 18 de agosto de 2022
Cesárea de mi hija Iria
Embarazo, crece el fruto
Cambian todo en esa casa
Para construir el nido
Que a los niños les aguarda
Comunicación intensa
No le llegan los sentidos
Para hablarles
Piel muy tersa
Mil caricias
Lazos fuertes
Pataditas
Tacto suave concentrado
En la yema de los dedos
Para sentir sus latidos
Seguimiento para ver su desarrollo
Muchas horas de consulta
De chequeos, de esperanza
¡Son mellizos! ¡Dos de golpe!
Miedo intenso y alegría
Quiere prepararse al parto
Lee mucho, es una experta
Las primeras
Son imágenes borrosas
Ella las ve muy hermosas
Yo las veo un poco raras
Pero se van conformando
Sus manitas son preciosas
Los distingue por sus nombres
Mauro inquieto
Lois tranquilo
Se atraviesa, se complica
Se ilusionó por el parto
Y es cesárea, se preocupa
Las bacterias de la madre
Por desgracia no hay remedio
Esperemos hasta el último momento
Su criterio sin escusa
No le importa lo que digan
Sus pulmones sí que importan
Deben estar cumpliditos
Aunque aumente un poco el riesgo de la madre
Miedo intenso
Tensión alta
Larga espera
La migraña la acompaña
Ya la ingresan
Crece el miedo
Pero nunca fue más fuerte
Esta sola
Nadie puede acompañarla
Participa mucha gente
Para hacer la cirugía
Las palabras son muy frías
Limitadas
Esta sola y asustada
Hay una mano que ayuda
Y se agarra como un naufrago a una tabla
Y la aprieta para sentirse segura
Porque alguien en la sala le acompaña
Es un ángel de la guarda
Pasa el tiempo lentamente
No hay dolor pero se siente
Por fin llegan, son preciosos
Están sanos
Se abre el Cielo
Ya la cosen, ya no teme
Aturdidos sus sentidos
Solo piensa en abrazarlos
¡Son mis niños!
¡Son los míos!
Pero no les acompaña
Unas horas separados
La tensión está muy alta
Está Jairo con su hermana
Son las primeras caricias
Con el pecho, piel desnuda
Luego llegan los abuelos
Poco a poco, de uno en uno
Hay que despejar la sala
Solo dos para atenderlos
Los consejos suenan lejos
No se oyen
Hasta cuatro esa mañana
En momentos puntuales
Es normal, quién los separa
Acarician sus manitas
Sus piernitas sonrosadas
Larga espera, quiere verlos
Sus hermanos no han venido
No podemos arriesgarnos
No es lugar para tumultos
Ir vosotros, esperamos
Lo comprenden, son maduros
Pueden frenar los caballos
Los abuelos son distintos
¡Son los años!
Cuesta más que lo comprenda
Alguien muy ilusionado
El es Leo, su primito
El pintor espabilado
El que caza los bichitos
Siempre haciéndole el murito
El que quiere un vicho palo
No lo entiende, no le dejan visitarlos
¡Pero quien hace esas normas!
Dice muy malumorado
Es la hora del calastro
Que tenía congelado
Ya la suben
Todo llega
El encuentro
La alegría de ser madre
La fatiga de dar pecho
El cansancio de los padres vigilantes
El descanso interrumpido sin descanso
Si ella duerme unos segundos
Está Jairo que es un cielo
No descansa
Se preocupa noche y día
Ha tenido que ir a Urgencias
Por fin pueden ver los niños
Bran y Carmen, sus hermanos
Llevan un cesto de rosas
Pero tienen que apartarlo
Los bebes son delicados
Se repiten las caricias
Los anhelos, los abrazos
Ya por fin le dan el alta
Vuelve a casa
Se acabó el confinamiento
La ilusión se ve en sus caras
Ahora empieza el nuevo ciclo
Y se suman las tareas
La limpieza
Las comidas
Pero son jóvenes, fuertes
A quien no le frena nada
Ahora cargaron las pilas
Echarán todo a la espalda
No hay barreras, ni fatigas
Solo amor, solo esperanza
Suscribirse a:
Entradas (Atom)